
La mariposa que una vez
se posó en mi dedo,
ya hace mucho que echó a volar...
y, sin embargo,
todavía siento el tembloroso palpitar
de sus alas sobre mi piel.
se posó en mi dedo,
ya hace mucho que echó a volar...
y, sin embargo,
todavía siento el tembloroso palpitar
de sus alas sobre mi piel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario